Entrevista a Carmen Martínez y María Ramos, fundadoras del Centro de Salud Integral ‘Savia’ en Molina de Aragón

Carmen Martínez y María Ramos son dos jóvenes emprendedoras, con años de experiencia en las especialidades de nutrición y fisioterapia. Ambas han vivido en grandes ciudades nacionales y europeas a lo largo de su vida, pero la calidad de vida en el medio rural les ha llevado de vuelta a sus orígenes familiares.

Desde hace un año, decidieron poner en marcha un proyecto de salud en Molina de Aragón (Guadalajara), denominado ‘Savia’. Un emprendimiento que tiene por objetivo mejorar la calidad de vida de los vecinos de esta zona rural, desde una visión sistémica e integral de la salud.

En la siguiente entrevista, cuentan a REDR Jóvenes su experiencia y cómo este emprendimiento rural en materia de salud ayuda al bienestar sociosanitario de su comarca.

¿Cómo surge la idea de fundar Savia, vuestra Centro de Salud Integral?

Carmen: A mí me había surgido la idea de montar algo así hace tiempo, pero no me veía ni con las fuerzas ni con la logística necesaria para llevarlo a cabo. Sin embargo, justo antes del comienzo de la pandemia conocí a María. Coincidimos en algunas ocasiones, nos gustó como trabajábamos mutuamente y decidimos emprender el proyecto. Todo esto hasta ahora, que en marzo de este año cumplimos un año.

Habéis vivido en grandes ciudades nacionales y europeas, ¿qué os impulsó a mudaros al entorno rural?

María: Yo he vivido en Palma, Barcelona, Zaragoza, entre otras, pero creo que la calidad de vida que hay aquí no existe en otro sitio. Las ganas de probar suerte, además de la cercanía de amigos y familiares, es lo que más me impulsó a tomar la decisión. Además, creo que el mundo rural tiene mucha capacidad para desarrollar emprendimientos, pero no sabemos sacar el provecho que realmente tiene nuestra tierra. Por eso me volví al pueblo, porque creo que tiene grandes capacidades y hay que saber llevarlas.

Carmen: Yo estudié en Madrid, luego me fui a Canarias y, después, terminé en Londres durante tres años. Con la oportunidad que me ofreció el teletrabajo, estuve una temporada viviendo entre Molina de Aragón y Madrid. Finalmente, con la situación de Madrid y viendo que no podía vivir allí con el sueldo que tenía, tomé la decisión de irme a Molina. Ahora mismo, ni siquiera me planteo vivir en una gran ciudad. Los precios allí están desorbitados y aquí hay muchas oportunidades. Aunque también creo que debería haber más facilidades.

¿Siempre tuvisteis claro que queríais vivir en el medio rural? ¿Qué ventajas y desventajas encontráis con respecto a la vida en la ciudad

María: Después de vivir en grandes ciudades, cada vez tenía más claro que echaba de menos mi pueblo, pero tampoco sabía que iba a terminar aquí. En mi opinión, cuando tu vives en una ciudad, desconectas de ti y de tu entorno. Todo se vuelve muy automatizado, frío, estresante y no te enteras de la vida que llevas. De esta manera, llegó un momento en el que dije ‘yo esta vida no la quiero’, así que por eso decidí venirme al pueblo. Respecto con la ciudad, aquí todo es mucho más accesible y mis días parece que duran mucho más.

Carmen: Yo no siempre he vivido aquí, antes era simplemente veraneante, pero a mí Molina de Aragón me tenía enamorada. Además, siempre he estado buscando un sitio donde pudiese desarrollar mis ideas y donde pusiese tener mi propio huerto, entre otras. Al final, vi las facilidades que te da el pueblo y son todo ventajas. No entiendo porque la gente no viene más. Entre los inconvenientes, destacaría la falta de trabajo. No obstante, con el tema del teletrabajo creo que se podría potenciar el retorno a los pueblos. Además, también creo que debería haber beneficios fiscales para las personas que viven y trabajan en los pueblos, puesto que no tenemos los mismos servicios que el resto.

¿Qué servicios de salud ofrecéis y como creéis que estos impactan en el bienestar de Molina de Aragón?

Carmen: Yo soy nutricionista y María es fisioterapeuta. Al principio estábamos las dos solas, pero ahora también ofrecemos podología y psicología. Además, es la primera vez que la comarca ofrece servicio psicológico privado. Viendo la alta demanda que hay, hemos tenido que incorporar a una nueva compañera en fisio y a otra en psicología. En total somos seis mujeres, pero no nos importaría meter otro tipo de servicios sanitarios que veamos que hay demanda. Lo bueno es que esto es un espacio multidisciplinar, en el que todas compartimos y miramos al paciente como un ‘todo’, trabajando en red entre nosotras.

María: Cuando empezamos a trabajar en esto, el objetivo precisamente era eso, crear sinergia entre nosotras. Lo más bonito de todo esto es poder tratar al paciente de una forma sistémica, abordando muchos aspectos diferentes. A veces, si no tienes el apoyo de otro profesional, tu paciente no va a mejorar en el sentido que tú quieres. Se necesita una visión mucho más amplia.

Carmen y María, recogiendo el premio a la mujer emprendedora

¿Habéis encontrados dificultades a la hora de emprender este proyecto? ¿y más tarde?

María: Nosotras hemos empezado en pandemia, no tenemos otra perspectiva. No obstante, a pesar de ello, estamos muy contentas, hay muy buen rollo entre nosotras y somos chicas muy proactivas.

Carmen: Al principio siempre cuesta un poco formar el equipo, han entrado y salido compañeras, pero es normal hasta que el proyecto se va asentando y decidimos hacia dónde queremos ir. Además, también hay que tener en cuenta que estamos en el medio rural.

¿Qué consejo daríais a otras personas jóvenes que quieren emprender sus propios proyectos en el medio rural?

María: Yo les diría que lo intenten. Creo que hay que empezar con poca inversión, por el riesgo normal que existe.No obstante, es necesario intentarlo.

Carmen: Yo les diría que lo cuenten, que no vayan con el miedo de que te van a robar la idea. De esta manera, se van buscando las ayudas que se necesitan para no estar tan perdida. Además, también el poder unirte con otras personas es fundamental. Por ejemplo, aquí en Molina hay un grupo de mujeres emprendedoras (La Artesa) a través del cual nos hemos ido juntando y conociendo. De ahí han salido un montón de mujeres con sus ideas.

¿Cuáles son los siguientes pasos de vuestro proyecto?

María: Yo creo que aún estamos en proceso de consolidación, pero estamos abiertas a cualquier nueva propuesta para incorporar nuevos servicios de salud en Savia.

Carmen: Ahora estamos consolidando el equipo y queremos que Savia coja fuerza en la comarca, no solamente en Molina de Aragón. Para ello estamos publicitándonos mucho. Proyectos futuros siempre hay.